"So kiss your past or
kiss your ass goodbye,
there’s no more tears
to cry"
(Kiss your past goodbye- Aerosmith"
Confieso que no termine el 2005 sin saber lo que era bailar perreo. Quienes me vieron poniendo cara de asco al escucharlo no creerían que yo misma pedí que pusieran la gata fiera en la fiesta del hermano de Julio a donde fui con H a pasar año nuevo. No había planeado nada para la ultima velada del año viejo, semanas antes supe que recibiría las 12 de la noche con él. La verdad más cruda es que hace dos meses pensé que era algo ilógico contar con su compañía en esa noche tan especial y como dije, en mi anterior post, la vida es muy irónica, y ahí me vi esperando la medianoche en su casa con su familia y con un vaso de vino en la mano, feliz de la vida. Durante la primera hora del 2006 fuimos a una reunión en la que H cayó bajo el hechizo de un psicólogo que lo hizo olvidar que... era una fiesta de año nuevo!! Y no era la ocasión apropiada para hablar de los libros de Furukawa y Adler.
Menos mal que Karina se quedó dormida en el hombro de Julio, esa fue la señal de que había que ir a un lugar donde TODOS nos podamos divertir, así que tomamos un taxi y llegamos a la casa del hermano de Julio cerca de las 3 de la mañana donde entramos a una sala con gente que ya arañaba las cinco décadas, y que nos miraba como añorando tener nuestra edad y nuestro estado etílico. No recuerdo como fue que desaparecieron al poco rato dejando en el mueble sombreritos de cartón y lentes de plástico amarillo con el número 2006. Entonces la fiesta fue de los cuatro. Karina pedía A flock of seagulls. Nosotros le gritábamos "¡Ubícate!" mientras le enseñábamos un estuche gigantesco lleno de discos piratas que dejaban leer "Las más toneras".
Si del cielo te caen los limones, pues haz limonada, si solo tienes discos de perreo y salsa pues baila ¿no?, deja tu espíritu rockero y muévete como bailan las personas que perrean en televisión cuando cambias de canal. Algo debes haber aprendido en medio de tus burlas y tus caras de asco. Y ahí estaba yo meneándome como las chibolas que se tiran la pera y se meten a las discotecas del mediodía a bailar su apasionante reggaetón. La perfecta excusa: Borracha bailo lo que sea. Cuatro tristes y resignados rockeros hicimos lo que debíamos hacer. Bailar, tomar, tomar y bailar. Perdón... ¿Dije cuatro? Mmmm Diremos tres, porque H se divertía como si fuera su cumpleaños haciéndome bailar salsa a regañadientes y por primera vez en nuestra historia. "Ah caramba, sabías bailar salsa!", me dijo sorprendido dándome un beso en el cuello mientras me daba una vuelta. Me divertí bailando pero desde el fondo de mi corazón espero que pase mucho tiempo antes de volver a "perrear".
Salimos de la casa cuando ya amanecía. Mi mano derecha en la cintura de H y en la izquierda los lentes de plástico amarillo que se convirtieron en el primer robo del año y que ahora adornan mi cuarto y son el recuerdo palpable de la última noche del 2005 que por fin ya se terminó.
Luego de comer una hamburguesota grasosa y con mayonesa desbordante, vino la primera idea descabellada del año: "Vamos a Cañete a la casa de la chata", y yo "¿Qué? ¿Ahorita a las 6 y media de la madrugada?", y él muy convencido me llevó a su casa a sacar su mochila para el viaje. Acto seguido, enrumbamos hacia la mía para poder empacar. H se echó en mi cama y no despertó hasta las 12 del día. El viaje a Cañete sólo quedó en plan. La primera llamada del año fue de la chata: "Valeria de mierda, me has hecho esperarte por las huevas". H seguía roncando como oso. Ese día salió un sol radiante. La verdad es que estuvo acompañado de un calor asqueroso pero hay que ser optimistas. Es así como empieza este año, Bienvenido 2006, espero que no golpees tanto esta vez...
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