Hubo una vez una niña a la que su mamá le hizo la tarea: una composición por el día de la madre. Antes de presentarla, la niña se dio cuenta que la composición era un testamento de cursilerías, por lo que decidió escribir otra. Una semana después, ganó un premio como el mejor trabajo del colegio. Su madre pensó que lo escrito por ella fue premiado. Hoy, 17 años después, la niña escribe en un blog . La madre, aún conserva el diploma colgado en la pared… y no sabe usar Internet.
SOBRE LA ACTIVA
Ella es: Textualmente activa From: Peru HABLANDO DE ELLA:
Me he embriagado de gusto extremo al corretear en sus letras. De vez en cuando caigo en textos que tiene en el archivo, realmente “re- leibles”. Sobre ella hay tanto que decir, tan extenso y necesario, pero esta vez diré cosas puntuales, por ejemplo diré que es gratificante que retorne a esta recóndita forma de sentir, porque dándole libertad a su pulso vuelve esclavo a nuestro gusto por las letras bien concebidas. Mientras eso ocurra, nosotros continuaremos siendo constantes siervos de sus ganas de dibujar sus realidades y fantasías, esas que la construyen a diario. Sobre ella hay tanto que decir, pero hoy más que eso, alegra que esté de vuelta y continue en este mar, donde sucumbir es un placer. La Vale está activa nuevamente, sólo queda disfrutarla, como siempre... Livy
“Cleaning up the house again Listening to House Of Pain Having headaches in my brain Listening to you complain Life after Lisa is not so bad at all” (Life after Lisa- Bowling for soup)
No quiero dejar de escribir. Ni en el periódico ni aquí. No quiero que mi blog parezca una casa abandonada con todo y telarañas. No. Si es cierto que, pienso igual que el borrachín de Bryce, y que escribo para que la gente me quiera más. Ególatra. Siempre. Lo acepto. Pero en los últimos días sentí que escribía solo para los demás y no para mí, había perdido éste, al que sentía como mi refugio, el que me servía para escapar de los artículos periodísticos y escribir como me da la gana y de lo que me da la gana. He perdido un poco la brújula en cuanto a lo que quería de este blog y voy a escribir aunque sea para contar que hoy me corté el cabello, que tuve que soplarme una conferencia de Tongo o que tuve que tomarle fotos a la urraca mientras votaba por Humala o simplemente que Chita cumplió 74 años y que vivió mas que Tarzán.
Hoy aprovecho para escribir ya que el misterioso dolor de costillas que me apareció hace tres días, hoy ya no me dejó ni caminar. Desde el patio escuché a la malintencionada de mi empleada decir que el dolor se debía a que H me había pegado. Plop! Replop!. Es decir, creo que esa mujer ha tenido una sobredosis de Laura Bozzo. A pesar del dolor insoportable, hice grandes esfuerzos para llegar a casa de papapas para ver a Lisa. ¿Quién es Lisa?. Es la adorable mascota de H, la misma que tuvo que pasar a mis manos ya que él ya no puede hacerse cargo de ella, y mis abuelos la han adoptado. Ayer fue bastante triste ver a H despidiéndose rápidamente de Lisa mientras le rascaba la cabeza. Era el “Ya nos estamos viendo” que le dices a alguien a quien sabes que, probablemente, no vas a ver en mucho tiempo.
Ella no volteó a verlo irse. Miró hacia la puerta de su nueva casa y fue bien recibida como la nueva integrante de la familia . Mientras tanto, vi a H alejarse cabizbajo y me rompió el corazón. Asustada, Lisa solo se pegó a mí y al borde de las lágrimas, tuve que dejarla para ir a trabajar. Llamé quinientas veces a mi casa para saber como estaba y a lo largo del día se acostumbró. Así, Lisa Hayes encontró nuevo hogar, aunque Rick Hunter tuvo que decirle adiós. Y así empiezaron los cambios de este año…sin contar que a fin de mes se casa Israel. ¿Quién lo diría? Tan mujeriego él, es el primero de la pandilla en casarse. Me pregunto quien le seguirá los pasos. Por momentos pensaba que sería Carmen, pues junto a mi primo Laszlo conformaba una de las parejas más perfectas de los últimos tiempos, de pronto, PUM! “quiero estar solo”, fue lo que le puso fin a la relación. Se acabó. Dejó su ticket de espera al mejor postor. Segundo cambio.
Angie cambió de novia, dejó a la española por una “de aquicito nomás”. Según lo que me dijo, “no es lo mismo”. Tercer cambio. El 2006 ha sido el año que me hizo mórbidamente amante de las inyecciones. Mi madre me miró con cara de enferma cuando ayer le pedí al doctor que en vez de pastillas me recetara una inyección. Mi mamá observaba mi cara de placer cuando bajábamos a Emergencias, para que me apliquen la inyección. En un mes me han inyectado más que en toda mi vida. Lo peor: Me gusta. Cuarto cambio. Mi ex fue papá. “Te me estas quedando”, me dijo mi madre cuando le conté. Chessssss. Por dios, tan solo tengo 26!, al menos hasta agosto. No nos apuremos. Trataré de escribir más seguido. Trataré de no lanzar promesas que se lleve el viento. Trataré de no quedarme dormida cuando veo películas y sobretodo, dejar de vivir en el pasado y vivir el presente, sin preocuparme tanto del futuro, al fin y al cabo, como diría Jorge Drexler: “Nada se pierde, todo se transforma”.