“The moon
Is shining in the sky
Reminding me
Of so many other nights
When my eyes have been so red
I've been mistaken for dead
But not tonight”
(But not tonight- Scott Weiland)
Viernes 19 de agosto: 9:30 p.m. Carmen viene a recogerme para encontrarnos con Juanma en el Starbucks para una atrasada e íntima celebración de mi cumpleaños. Fue extraño lo que sentí al verla. La abracé fuerte. Hacía mucho que no la veía, algo irónico siendo la novia de mi primo. Suele venir a mi casa casi todos los días pero no me visita ni por casualidad. Con la “bruja cruda”, como le dice Juanma, nos conocemos desde que jugábamos con Barbies, pasando por las épocas en las que el Wahios de Barranco nos acogía cada fin de semana. Cuando le presenté a mi primo Laszlo, ella se olvidó de los fines de semana cheleros, de wahios... y de mí, su nueva prima. Por eso me dio gusto verla dispuesta a pasar un rato conmigo. Llegamos al Starbucks y no había mesa ni sillón libre, y fue mejor pues Carmen y yo teníamos ganas de comer algo más contundente que un muffin. Nos fuimos al Bembos. No comimos. Tragamos.
Pobre Juanma, estaba a dieta y con cinco agujas en la oreja. Por momentos sentía que no me miraba cuando le hablaba. Él solo tenía ojos para mi hamburguesa. (Eres mi héroe, gordo, ver comer a un par de morsas hambrientas sin picar ni una papita, a eso le llamo Fuerza de Voluntad).
La reúna duró 3 horas y me reí hasta que me dolió la panza. Juanma es una de las pocas personas que siempre me hace reír a carcajadas. Era imposible cumplir un año más y no celebrarlo con él. Deberíamos reunirnos más seguido...
Sábado 20 de agosto: 9:00 p.m. La chata toca el timbre. No está sola. Se ha traído a su amiga Caridad, a quien por no conocerla, no le hablo mucho pero con el calor de unos vinos encima, pasó de ser “Caridad” a “la negra”. Al rato, llega Amanda, imposible no invitar a la juerga a la loca. Entre rones, vinos y whiskys, se armó la pre juerga en mi cuarto. Cada una cantando una canción de karaoke. Inolvidable la versión rap de “Lento” que se hizo la chata. Hilarante, sin pasar por alto el corito “Michi michi michi miau” que le ponía la negra a todo lo que cantábamos. Un grupo nos esperaba ya en Yacana así que a la 1 am salimos a su encuentro. Karina con su nuevo novio (quien es idéntico a su ex) e infaltables y apuntadísimos para la juerga Marko, Herbert y Melissa quienes me obligaron a confesar que H es producto de mi imaginación pues por enésima vez no pudieron conocerlo. Me la pasé despeinando a Marko (sorry enano, así es cuando una está ebria), la negra bailaba pegadita a Paco, un tipo que salió de la nada y al que admití en mi grupo porque dijo que yo tenía cara de cumplir 21. Bienvenido Paco! Gente como tú se necesita en este difícil trance.
Mientras sonaba “Candy”, Amanda me confesaba que le sorprendía que yo supiera su secreto, “Lo sé hace dos años, somos periodistas, no se nos escapa nada” le dije abrazándola. ¿Que cuál era su secreto? No sean sapos. Para completar la escena, la chata ya se había subido a la pequeña tarima y le mostraba a los parroquianos, su sostén color celeste. Todos miraban embobados. Las chicas corrimos a su rescate y le bajamos el polo, ganándonos el odio de los tipos que con lo que vieron, dieron por bien pagadas sus 5 lucas de entrada. La pasé genial, aunque extrañe a H, quien no pudo llegar por una descoordinación mía y la torpeza de no llevar celular.
Domingo 21 de agosto: 8:00 p.m. H me llama para recogerlo de casa de su papá pues había una juerga y no quería quedarse. Al llegar, me uní a la juerga con vino de por medio. Anoche había extrañado al gordo. Mucho. Luego de ponernos feeling escuchando el último disco de Babasonicos y cantándome en la orejita (ajjjjjj que cursis no?) fuimos a cenar con su papa, donde empezamos un debate, no recuerdo a raíz de qué, sobre rock nacional. H no lo soporta, a mí me fascina. Su papa se reía y comía, yo tenía ganas de estrangular al gordo por ser tan prejuicioso. A las 11 p.m. llegamos a mi casa y se quedó a dormir hasta hoy. ¿Y los trabajos? Yo no fui. El tampoco. Nos dimos un día de vagos, sintiéndonos un poco culpables de dormir hasta las 12 del día y quedarnos tirados en la cama hasta las 7 de la noche viendo películas.
Ese ha sido mi primer fin de semana cargando mis 26 agostos. Algunas cosas se van acomodando, otras suelen cambiar, normalmente los cambios en mi vida se dan en setiembre y suelen ser buenos, así que me iré preparando, solo sé que empezamos con el pie derecho y con la sonrisa en los labios.
PD: Gracias!
Lee aquí el capítulo anterior...
Is shining in the sky
Reminding me
Of so many other nights
When my eyes have been so red
I've been mistaken for dead
But not tonight”
(But not tonight- Scott Weiland)
Viernes 19 de agosto: 9:30 p.m. Carmen viene a recogerme para encontrarnos con Juanma en el Starbucks para una atrasada e íntima celebración de mi cumpleaños. Fue extraño lo que sentí al verla. La abracé fuerte. Hacía mucho que no la veía, algo irónico siendo la novia de mi primo. Suele venir a mi casa casi todos los días pero no me visita ni por casualidad. Con la “bruja cruda”, como le dice Juanma, nos conocemos desde que jugábamos con Barbies, pasando por las épocas en las que el Wahios de Barranco nos acogía cada fin de semana. Cuando le presenté a mi primo Laszlo, ella se olvidó de los fines de semana cheleros, de wahios... y de mí, su nueva prima. Por eso me dio gusto verla dispuesta a pasar un rato conmigo. Llegamos al Starbucks y no había mesa ni sillón libre, y fue mejor pues Carmen y yo teníamos ganas de comer algo más contundente que un muffin. Nos fuimos al Bembos. No comimos. Tragamos.
Pobre Juanma, estaba a dieta y con cinco agujas en la oreja. Por momentos sentía que no me miraba cuando le hablaba. Él solo tenía ojos para mi hamburguesa. (Eres mi héroe, gordo, ver comer a un par de morsas hambrientas sin picar ni una papita, a eso le llamo Fuerza de Voluntad).
La reúna duró 3 horas y me reí hasta que me dolió la panza. Juanma es una de las pocas personas que siempre me hace reír a carcajadas. Era imposible cumplir un año más y no celebrarlo con él. Deberíamos reunirnos más seguido...
Sábado 20 de agosto: 9:00 p.m. La chata toca el timbre. No está sola. Se ha traído a su amiga Caridad, a quien por no conocerla, no le hablo mucho pero con el calor de unos vinos encima, pasó de ser “Caridad” a “la negra”. Al rato, llega Amanda, imposible no invitar a la juerga a la loca. Entre rones, vinos y whiskys, se armó la pre juerga en mi cuarto. Cada una cantando una canción de karaoke. Inolvidable la versión rap de “Lento” que se hizo la chata. Hilarante, sin pasar por alto el corito “Michi michi michi miau” que le ponía la negra a todo lo que cantábamos. Un grupo nos esperaba ya en Yacana así que a la 1 am salimos a su encuentro. Karina con su nuevo novio (quien es idéntico a su ex) e infaltables y apuntadísimos para la juerga Marko, Herbert y Melissa quienes me obligaron a confesar que H es producto de mi imaginación pues por enésima vez no pudieron conocerlo. Me la pasé despeinando a Marko (sorry enano, así es cuando una está ebria), la negra bailaba pegadita a Paco, un tipo que salió de la nada y al que admití en mi grupo porque dijo que yo tenía cara de cumplir 21. Bienvenido Paco! Gente como tú se necesita en este difícil trance.
Mientras sonaba “Candy”, Amanda me confesaba que le sorprendía que yo supiera su secreto, “Lo sé hace dos años, somos periodistas, no se nos escapa nada” le dije abrazándola. ¿Que cuál era su secreto? No sean sapos. Para completar la escena, la chata ya se había subido a la pequeña tarima y le mostraba a los parroquianos, su sostén color celeste. Todos miraban embobados. Las chicas corrimos a su rescate y le bajamos el polo, ganándonos el odio de los tipos que con lo que vieron, dieron por bien pagadas sus 5 lucas de entrada. La pasé genial, aunque extrañe a H, quien no pudo llegar por una descoordinación mía y la torpeza de no llevar celular.
Domingo 21 de agosto: 8:00 p.m. H me llama para recogerlo de casa de su papá pues había una juerga y no quería quedarse. Al llegar, me uní a la juerga con vino de por medio. Anoche había extrañado al gordo. Mucho. Luego de ponernos feeling escuchando el último disco de Babasonicos y cantándome en la orejita (ajjjjjj que cursis no?) fuimos a cenar con su papa, donde empezamos un debate, no recuerdo a raíz de qué, sobre rock nacional. H no lo soporta, a mí me fascina. Su papa se reía y comía, yo tenía ganas de estrangular al gordo por ser tan prejuicioso. A las 11 p.m. llegamos a mi casa y se quedó a dormir hasta hoy. ¿Y los trabajos? Yo no fui. El tampoco. Nos dimos un día de vagos, sintiéndonos un poco culpables de dormir hasta las 12 del día y quedarnos tirados en la cama hasta las 7 de la noche viendo películas.
Ese ha sido mi primer fin de semana cargando mis 26 agostos. Algunas cosas se van acomodando, otras suelen cambiar, normalmente los cambios en mi vida se dan en setiembre y suelen ser buenos, así que me iré preparando, solo sé que empezamos con el pie derecho y con la sonrisa en los labios.
PD: Gracias!
Lee aquí el capítulo anterior...
