domingo, julio 17
LA REINA DE LAS CAIDAS

"Caminando despacio y
Sin mirar, como esperando caer
Tan dulce es el vértigo,
Caer, caer, caer..."
(Vértigo- Dolores Delirio)

Podría dar cátedra sobre caídas, podría ampararme en el principio físico de que “todo lo que sube tiene que bajar” , ¡Salve Newton!. El caso es que, desde que tengo uso de razón, siempre termino en el suelo, de costado, de cara o...de culo, a las pruebas me remito con material visual. Muchas veces he pensado que podría llenar un programa de bloopers solo con mis caídas. Reconozco que fue difícil al principio, me caía y era el motivo de la risa general, hoy puedo decir que me he acostumbrado y el haber soportado tantos porrazos me ha hecho conocer las reglas que debemos aplicar todos los torpes, perdón, los que sufrimos una caída.

Esta semana, regresaba de Chaclacayo, bastante apurada por llegar a la oficina y para ahorrar tiempo, decidí no caminar hasta la esquina para cruzar la pista (como lo hace la gente NORMAL). Mis ojos divisaron una parte del grass que divide la pista, cortada por un pequeño cerrito de tierra, por el que yo, totalmente ilusa, pensé que podía atreverme a cruzar.
Subir fue fácil, pero al llegar a la “cima” me di cuenta de que bajar iba a ser todo un desafío. Mire a mis costados y solo veía tierra, miré adelante y tenía a la pista, como esperándome ansiosa para besar mi cara o mi culo, cualquiera sea el caso. Miré atrás y ví mi futuro inmediato en 3 partes:

1.- Me iba a caer...
2.- Iba a pasar el roche de mi vida frente a todos los transeúntes y pasajeros de combi, que ya miraban expectantes.
3.- Estaba a punto de inventar un nuevo deporte de aventura, el Dustboarding o coloquialmente llamado “Deslizamiento sobre polvo”.

Mi destino estaba marcado, por primera vez en mi vida podía ver lo que pasaría en los siguientes tres minutos con una claridad que el agua envidiaría. Ahora solo me quedaba elegir para que lado quería caer. Y me decidí por el lado derecho así que puse el pie estoicamente para iniciar mi vergonzoso descenso. Luego de eso, solo sentí el vértigo del declive y me vi envuelta en todo el polvo que levantó mi pequeña humanidad. Cuando llegué al final, abrí mis ojos y escuché una carcajada a lo lejos.

Primer paso: Desaparecer del lugar de los hechos. Segundo paso: Poner cara de “No me dolió”, aunque ya sentía todo el golpe. Caminé lo más rápido que pude mientras la mirada de toda la gente me seguía. ¿Por qué no me puedo volver invisible por momentos?, me preguntaba al mismo tiempo que sacudía la tierra de mi pantalón.
Una vez que me encontré con gente que ignoraba mi previo momento bochornoso, mi mente rebobinó la escena y no pude evitar la risa. Algo quedó claro, ésta no será la última vez que me caiga, no será la última vez que aplique las reglas del buen “torpe”, tal vez la próxima vez invente un nuevo deporte, solo sé que he perfeccionado mi técnica del “No me dolió”, aunque hasta este momento, me estoy sobando...

Lee aquí el capítulo anterior...
 
posted by Textualmente activa at 4:05 p. m. | Permalink |


1 Comments:


  • At 12:54 a. m., Blogger Valeria

    Ah nooo esto tiene que ser comentado, parece que estoy leyendo mi vida...te has confundido,la reina de las caídas soy yo ...no te imaginas, tengo un ranking de las mas rochosas, las q mas me dolieron ,las mas vistas, las mas repetidas, las mas idiotas y puedo seguir hasta llenar miles de comments...ves...no coincidimos en música, pero si en caídas

     

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