Ayer hablaba con mi papá, mi querido viejo, sus ojos se mostraron desorbitados por lo que estaba escuchando, sin embargo no perdió una sola de mis palabras, estaba asustado, con temor de padre. Comenté que quería dejar las cosas que hasta el momento estoy haciendo para seguir un sueño y le aclaré que quiero lanzarme a la piscina a pesar que sé que el agua tal vez no estará para recibirme, se cagaba de miedo.
Miedo, ese tipo de “miedo” que me acompaña cada vez que te veo avanzar, ese bendito sentimiento que reprime un “¡Vamos carajo, no te me caigas, sigue!”, esa cosa entreverada que se esboza con lágrimas sostenidas por el rojo uniforme que se plasma en los ojos, eso que traduce la certeza de que todo saldrá bien, pero nada será fácil, lo sabes, lo sabemos, pero LIBERNAGA, tu no eres igual que el resto, tienes ventaja.
Es verdad fui una de las dos personas que logró hablar con Genaro, hasta felicitaciones de mi jefa recibí, aún me da risa, porque eso de seguir mi olfato periodístico se entendería mejor si digo que hice caso a mi olfato silvestre (cuento aparte). Pero soy consiente que hasta esa persona con la que compartí la primicia, con la que en esos breves e intensos minutos compartimos el gozo pleno, mañana más temprano que tarde me puede dar la espalda, lo sé, así es este juego, desconfió, pero jamás lo haría de ti, aunque esa idea de mierda se me haya cruzado por un segundo, no lo haría, no lo hago.
Pequeña sabemos que nada es fácil, pero recuerda, no eres igual que el resto, TIENES VENTAJA, lo tuyo es natural, naciste con la huevada que marca a uno ante los demás. ¡Vamos carajo, no te me caigas, sigue!
Ayer hablaba con mi papá, mi querido viejo, sus ojos se mostraron desorbitados por lo que estaba escuchando, sin embargo no perdió una sola de mis palabras, estaba asustado, con temor de padre. Comenté que quería dejar las cosas que hasta el momento estoy haciendo para seguir un sueño y le aclaré que quiero lanzarme a la piscina a pesar que sé que el agua tal vez no estará para recibirme, se cagaba de miedo.
Miedo, ese tipo de “miedo” que me acompaña cada vez que te veo avanzar, ese bendito sentimiento que reprime un “¡Vamos carajo, no te me caigas, sigue!”, esa cosa entreverada que se esboza con lágrimas sostenidas por el rojo uniforme que se plasma en los ojos, eso que traduce la certeza de que todo saldrá bien, pero nada será fácil, lo sabes, lo sabemos, pero LIBERNAGA, tu no eres igual que el resto, tienes ventaja.
Es verdad fui una de las dos personas que logró hablar con Genaro, hasta felicitaciones de mi jefa recibí, aún me da risa, porque eso de seguir mi olfato periodístico se entendería mejor si digo que hice caso a mi olfato silvestre (cuento aparte). Pero soy consiente que hasta esa persona con la que compartí la primicia, con la que en esos breves e intensos minutos compartimos el gozo pleno, mañana más temprano que tarde me puede dar la espalda, lo sé, así es este juego, desconfió, pero jamás lo haría de ti, aunque esa idea de mierda se me haya cruzado por un segundo, no lo haría, no lo hago.
Pequeña sabemos que nada es fácil, pero recuerda, no eres igual que el resto, TIENES VENTAJA, lo tuyo es natural, naciste con la huevada que marca a uno ante los demás. ¡Vamos carajo, no te me caigas, sigue!